La Gratitud

Núm. 232 - Sábado 2 de Julio del 2011 - Año No. 5


La gratitud es el reconocimiento de un bien que nos es otorgado, y es la virtud que caracteriza a lo hombres nobles… Y que la paz de Cristo gobierne en sus corazones, pues a ella fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos. (Col. 3:15).

 

Dios ordeno a Israel la celebración de varias festividades para perpetuar entre ellos la memoria de grandes acontecimientos y mantener viva su gratitud (1ª Crónicas 23:30; Nehemías 12:46; Salmo 100:4-5).

 

Toda persona que ha conocido la ley del Eterno, debe tomar tiempo para reconocer y alabar a aquel que nos ha dado amparo durante pruebas, batallas y victorias: Dando gracias siempre de todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. (Efesios 5:20); Mas á Dios gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesucristo. (1ª Corintios 15:57). La gratitud hacia Dios, no solo de debe reflejar en las palabras, sino principalmente en los hechos de nuestra vida. (Lucas 17:15-19).

 

Nuestra sociedad seria muy diferente, si todos viviéramos agradecidos con Dios y con nuestro prójimo. La gratitud ennoblece el carácter de una persona, no hace mejores personas, el hombre agradecido vivirá siempre rodeado de amigos.

 

¿En cuantas oraciones nos acordamos de todo lo que Dios nos da?

A veces vivimos sin percibir lo precioso de la vida que el creador no obsequia día a día… montañas, valles, mares, campos, astros, estrellas etc. Así como un gran firmamento que da un marco a un firmamento dispuesto para quienes fingimos ser reyes de la creación. Por tal motivo los salmos cierra diciendo: “toda alma (que respira) alabe al Señor...” Aleluya.

 

El objetivo es: No dejarnos atrapar por lo material, con sus cargas, compromisos y obligaciones que impiden ver hacia áreas profundas donde brotan los sentimientos y percepciones. El apóstol Pablo nos amonesta: Dando gracias siempre por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Maestro Cristo Jesús; y sometiéndose unos a otros en el temor de Cristo… Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Maestro Cristo Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él. (Efesios 5:20; Col. 3:17). Dar gracias de todo a Dios, en la alegría del corazón y en la tristeza, en la fatiga y en el descanso, en lo que acaricia y en lo lastima, en salud y en enfermedad, en el triunfo y en el fracaso, cuando empezamos y terminamos, etc.

 

Ojala en nuestra gratitud hacia Dios halle expresión en que resolvamos nuestra vida menos egoísta y mas consagrada a Dios y su Hijo.

 

 

Extraído de la Escuela Sabática.