El Diezmo Un Acto de Fe

2ª Parte


Núm. 244 - Sábado 24 de Septiembre del 2011 - Año No. 5


Aprendiendo a diezmar 

La pregunta aquí sería: ¿Cómo debo dar el diezmo? Hay algunos puntos que hay que considerar para el diezmo. A todos nosotros, Dios nos pide la misma parte de las bendiciones que nos da. La décima parte. A nadie le pide más ni menos. A veces pensamos que es poco lo que tenemos, y si damos el diezmo, nos quedará aún menos. Pero pensemos en lo que leíamos antes. “Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Malaquías 3:10. 

 

Esto quiere decir, hasta que te sobre. Es una prueba que pide Dios que hagamos. No hay duda que si ganamos $10 y damos nuestro diezmo, Los $9 restantes, tendrán bendición de Dios y nos rendirán más que si tuviéramos los $10 completos, ya que el diezmo hará que Dios vacíe bendición en nuestra vida. 

 

“Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará.” 2ª Corintios 9:6. Pablo hablaba acerca de un principio elemental: El que siembra en bendición, segará en bendición. En el caso que estamos analizando, si queremos recibir las bendiciones de Dios, debemos “sembrar” nuestro diezmo. El sembrador no se queda triste, pensando que la semilla sembrada le hará falta. Mas bien, se alegra en que si bien se queda sin una semilla, en el tiempo de recibir su cosecha, sabe perfectamente que recibirá muchas más semillas de la que sembró. Eso es bendición y el diezmo es lo que hará en nuestra vida, al entregarlo a Dios. 

 

“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama el dador alegre.” 2ª a los Corintios 9:7. Nuestro diezmo debe ser entregado no pensando que se hará mal uso de él, ni que se usará para un fin que no nos agrada, o pensando que pudiéramos ahorrarnos ese dinero o destinarlo para algo que a nosotros nos parezca bueno. 

 

Al entregarlo en nuestra congregación, Dios verá nuestro gozo en recibir de sus bendiciones. Así lo dijo, así lo prometió y así lo hará. Dios no puede mentirnos en esto. “Dios no es hombre, para que mienta; ni hijo de hombre para que se arrepienta: Él dijo, ¿y no hará?; Habló, ¿y no lo ejecutará?” Números 23:19. 

 

“Si fuéremos infieles, él permanece fiel: no se puede negar a sí mismo.” 2ª a Timoteo 2:13. Dios permanece fiel a su Palabra, a lo que ha dicho. Sólo depende que nosotros también cumplamos debidamente, con fe y amor. 

 

Pongamos a prueba al Señor en esto, como nos pedía en Malaquías 3:10 y veremos sin duda que Dios nos bendice mucho más. Si has omitido el dar tu diezmo, intenta brindar esta parte de las abundantes bendiciones que brinda Dios. Si ya has recibido de su bienestar por cumplir, comparte tus experiencias con los demás para que también puedan hacerlo. 

 

Hoy la Iglesia de Dios debemos tener en cuenta que el diezmo fue una práctica en su Pueblo y lo sigue siendo, debemos reconocer que Dios podrá bendecirnos dándonos mucho más. 

 

Empieza a diezmar o si ya lo haces, diezma con fe y no dudes que Dios abrirá las ventanas del cielo para bendecirte a ti y a cuanto posees, grandemente.