El Estado de los Muertos


Núm. 227 - Sábado 28 de Mayo del 2011 - Año No. 5


Creemos que todos los muertos yacen en el polvo de la tierra; que no se levantan ni se levantarán de su sueño de muerte, hasta el día en que sean juzgados. Este es un punto controvertido, pero la Biblia lo señala muy claro en estos textos: Juan 11:11-14; 1ª Corintios 15:18-20; 1ª Tesalonicenses 4:13; Salmo 146:4; Eclesiastés 9:5; Job 14:21.

 


La doctrina de la Biblia vino pervirtiéndose a medida que los años pasaron. Muchas costumbres paganas vinieron a constituir las prácticas cristianas establecidas por la Biblia.

La idea de que los muertos están en un estado consciente no es bíblica. La biblia claramente indica “Porque los que viven saben que han de morir: mas los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor, y su odio y su envidia, feneció ya: ni tiene ya más parte en el siglo, en todo lo que se hace debajo del sol” (Eclesiastés 9:5-6)

 

Fue el papa Odilón, quien en el año de 1050 empezó a propagar la doctrina de que los muertos vuelven a este mundo para ver a sus seres queridos y que para ello hay días especiales del año (1 y 2 de Noviembre) como vacaciones de los muertos.

 

La Biblia en la Palabra de Dios y nada dice que los muertos vuelven para ver a sus seres queridos, mas bien dice: “Saldrá su espíritu, tornaráse en su tierra: En aquel día perecerán sus pensamientos” (Salmos 146:2). Salomón el sabio de la antigüedad, también ya lo dijo: “… mas los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido” (Eclesiastés 9:5). Job hablando de los muertos también dijo: Así el hombre yace, y no se tornará á levantar: “Hasta que no haya cielo no despertarán, Ni se levantarán de su sueño. Sus hijos serán honrados, y él no lo sabrá; O serán humillados, y no entenderá de ellos” (Job 14:12, 21). 

 

Estos pasajes bíblicos manifiestan claramente que el hombre al morir queda en un estado de inconciencia, sin pensamientos, sin acción. Los muertos, como la palabra misma lo dice, están inertes. El diccionario, hablando del termino [muerto] dice: Carece de actividad y movimiento propio, que no tiene actividad moral ni intelectual, esta inconsciente. Ha vuelto a la tierra de donde fue tomado: “En el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas á la tierra; porque de ella fuiste tomado: pues polvo eres, y al polvo serás tornado” (Génesis 3:19). Veamos también Job 34:15: “Toda carne perecería juntamente, Y el hombre se tornaría en polvo” El predicador menciono que: “Todo va á un lugar: todo es hecho del polvo, y todo se tornará en el mismo polvo” (Eclesiastés 3:20). Esta escrito que el hombre hade permanecer en su estado de inconsciencia hasta la segunda venida de Cristo. Cuando el venga, se levantaran los que creyeron en el. “Yo en justicia veré tu rostro: Seré saciado cuando despertare á tu Semejanza” (Salmo 17:15); “Tus muertos vivirán; junto con mi cuerpo muerto resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío, cual rocío de hortalizas; y la tierra echará los muertos” (Isaías 26:19); “De la mano del sepulcro los redimiré, librarélos de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh sepulcro; arrepentimiento será escondido de mis ojos” (Oseas 13:14); “Tampoco, hermanos, queremos que ignoréis acerca de los que duermen, que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá

Dios con Él á los que durmieron en Jesús. Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros á los que durmieron. Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero: Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes á recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, consolaos los unos á los otros en estas palabras” (1º Tesalonicenses 4:43-18); “Y los que hicieron bien, saldrán á resurrección de vida; mas los que hicieron mal, á resurrección de condenación” (Juan 5:29); “Si el hombre muriere, ¿volverá á vivir? Todos los días de mi edad esperaré, Hasta que venga mi mutación. Aficionado á la obra de tus manos, Llamarás, y yo te responderé” (Job 14:14-15). Los que no creyeron en su nombre, se levantarán hasta después de mil años: “Mas los otros muertos no tornaron á vivir hasta que sean cumplidos mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años” (Apocalipsis 20:5-6).

 

La doctrina de que los muertos no están muertos, no es de Dios, El dijo “morirás” pero el diablo dijo: “no morirás” (Génesis 3:3-4). La doctrina de que los muertos vuelven a la tierra en ciertos días del año es una doctrina errónea, un engaño más de Satanás. Pero el pueblo de Dios debe estar excento de todas estas fábulas: “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, transfigurándose en apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz. Así que, no es mucho si también sus ministros se transfiguran como ministros de justicia; cuyo fin será conforme á sus obras” (2º Corintios 11:13-15), “Y si os dijeren: Preguntad á los pythones y á los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo á su Dios? ¿Apelará por los vivos á los muertos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme á esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:19-20). “No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo ó su hija por el fuego, ni practicante de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, Ni fraguador de encantamientos, ni quien pregunte á pitón, ni mágico, ni quien pregunte á los muertos. Porque es abominación á Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios las echó de delante de ti. (Deuteronomio 18:10-12).


Fuente: Bosquejos Divinos (pág. 42 y 43) Una publicación de la Conferencia General de la Iglesia de Dios.