La Libertad


Núm. 194 - Sábado 02 de Octubre del 2010 - Año: 4 


La libertad es sin duda uno de los logros más importantes del hombre moderno.

 

E

ntonces, podemos preguntarnos respecto de la posición de la Iglesia de Dios: ¿Por qué tengo que vivir de acuerdo con las reglas de la palabra de Dios? ¿Por qué no puedo hacer lo que yo quiero? Las reglas de la Iglesia de Dios, (Ley, obediencia, santidad) puede resultar para muchos un conjunto de costumbres sin sentido, anticuadas y primitivas.

 

¿Qué es ser Cristiano? Es pertenecer a una fe, con normas establecidas por Dios y Jesucristo. CUANDO llegamos a la conclusión de que ser cristiano es una filosofía de vida, la correcta, y esto es demostrable pues la Iglesia de Dios no es dogmática, ni es racional, lo que sucede es que necesitamos tiempo para conocerlo y entenderlo...

 

En la Iglesia de Dios no nos debe asustar la pluralidad de ideas, pero no hay que confundir pluralidad con ausencia de referentes claros. Nuestro campo en la Iglesia de Dios debe ser amplio, se puede ser más o menos observante, podemos integrarnos al mundo moderno pero sin resignar un punto específico de lo eterno, teniendo plena conciencia de dónde está el límite entre la forma adaptable y la esencia intocable de la palabra de Dios.

 

Volvamos a nuestro tema; La libertad, preciada libertad… Libertad tal como está definida en los diccionarios: Facultad que tiene el ser humano de obrar o no obrar según su inteligencia y antojo. En otras palabras es la capacidad de elección. Deduzco, entonces, que si no tengo que elegir, ¿Cómo puedo ser libre? Para ejemplificarlo imaginemos a una persona a quien le pedimos que elija un lápiz, y sólo le ofrezco uno para elegir. En realidad, no puede ser libre, ya que no tenía otra opción. Pero si le ofrezco otro, si él sabe que hay otro (conoce) entonces sí podrá elegir, estará ejerciendo su libertad.

 

Muchos miembros de la Iglesia abandonan la fe sin siquiera conocerlo. Ese es el gran error, eso es lo que nos debe doler y que nos debe de motivar a seguir dando a conocer la enseñanza biblica. ¿Por qué no se dan la posibilidad de elegir, de ser libres? Primero conocer la fe de nuestro Señor Jesucristo y la palabra de Dios y luego, si deciden dejarla, ya se dieron la oportunidad de conocer la verdad. Pero antes de abandonar la fe de sus padres ó de lo que se les enseño, por lo menos podrían averiguar un poco más, hacerse algunas preguntas como: ¿Qué es lo que estoy dejando? ¿Habrá algo mejor que lo que he aprendido? ¿Qué beneficios tengo si practico la palabra de Dios? ¿Cuáles son las normas de la Iglesia de Dios y por qué son así? ¿Cuál es el objetivo de la Ley? etc...

 

Muchas veces creemos conocer, pero en realidad sólo poseemos prejuicios, conceptos distorsionados o cosas que no hacen la fe, sino que son meras costumbres de ciertos hermanos de lugares específicos y nos alejamos creyendo que ya sabemos lo suficiente, sin percibir que desconocemos lo fundamental, tal como aquel que al ver que una nube tapa al sol piensa que el sol desapareció.

 

La verdad es como un rayo en una noche oscura, hay quienes al ver el rayo se quedan encandilados por la intensidad de su brillo, pero una vez desaparecido, vuelven a la misma oscuridad en que estaban sumergidos antes de que aparezca el relámpago. Otros, sin embargo, al percibir el haz de luz, permanecen inmóviles, cegando sus ojos, y no aprovechan el fogonazo para poder ver los obstáculos que le guarda el camino para poder evitarlos y decidir el rumbo de sus futuros pasos.

 

Así nos sucede a nosotros, a veces nos chocamos con un momento de verdad, lo vemos claro, patente, pero pasado el efecto de ese momento, volvemos a nuestra vida rutinaria, sin que esa percepción nos cambie en lo más mínimo.

 

Los invito a profundizar, a estar abiertos, a no permitir que al esfumarse la luz del rayo, quedemos sumergidos en la misma oscuridad en que estábamos antes. Les propongo mejorar, hacer un cambio concreto, algo pequeño, pero conciso, y seguir comprometidos con ese cambio hasta que deje de ser en nosotros un hábito. Es verdad que quedan muchas otras cosas por mejorar... pero no se nieguen la posibilidad de elegir, es nuestra vida, nuestra religión, nuestra fe, dedíquenle tiempo... no se nieguen la posibilidad de ser libres... Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. (Juan 8:36)

 

Por Abiel Hernández Florez

Septiembre del 2010