Núm. 195 - Sábado 09 de Octubre del 2010 - Año: 4


La Iglesia de Dios tiene un magnifico sistema educativo, un sublime marco de espiritualización, pero todo este sistema puede verse amenazado por un grave peligro que debemos combatir con todas nuestras fuerzas: EL PELIGRO DE LA RUTINA. Cuando una persona repite un acto diario y permanente, puede dejar de sentir la trascendencia del mismo, puede llegar a cumplir la acción más elevada en forma mecánica y carente de todo contenido, ajena a su espíritu y a su conciencia.

 


Este peligro llego en su momento en la historia del pueblo Hebreo, su críticomás encarnizado el profeta Isaías en el capítulo 58:3, menciono las consecuencias de la rutina: ¿Porque hemos ayunado y tú no lo ves? ¿Por qué hemos afligido nuestra alma y tú nos desatiendes? – Preguntó el pueblo al Señor.

El pueblo creía haber cumplido todo al pie de la letra el precepto de afligir su alma mediante el ayuno, y sin embargo el Todopoderoso no atiende sus plegarias y no las acepta. El pueblo en una desesperación se pregunta que más debe hacer.

 

Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese obrado justicia, y que no hubiese dejado el derecho de su Dios: pregúntanme derechos de justicia, y quieren acercarse a Dios. (Isaías 58:2) ¿Qué más puede hacer entonces, que es lo que falta para agradar a Dios? –Vuelve a preguntar el Pueblo. El profeta vuelve a decir al pueblo por mandato de Dios: ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno halláis lo que queréis, y todos demandáis vuestras haciendas. He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. (Isaías 58: 3-4) El profeta sostiene que no puede ser válido el ayuno que no venga realmente del corazón: ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que encorve su cabeza como junco, y haga cama de saco y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable á Jehová? (Isaías 58:5), si el hombre desea que su ayuno sea realmente aceptado por el Señor, debe llegar a la conclusión de lo que expresa el versículo 6: ¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, deshacer los haces de opresión, y dejar ir libres á los quebrantados, y que rompáis todo yugo?. Así expone el Profeta algunos de los pensamientos y de las decisiones que debe despertar el ayuno, en el ánimo del que aflige su alma de este modo.

Mediante el ayuno, la persona debe experimentar  lo que siente el hambriento y el desprovisto, y entender la situación y el ánimo de quien se ve siempre carente y menesteroso, desprovisto de medios y recursos.

Y el profeta recomienda: ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y á los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne? (Isaías 58:7). Solo experimentando la situación del necesitado, podremos reamente agradecer a Dios, por todo lo que Él nos provee, a veces nos da de más, manos llenas de pan, ricas bendiciones se muestran a nuestro alrededor en todo momento.

 

Pero, no debemos interpretar las palabras  del profeta como si dijese: Si tal hicieres, no tienes necesidad de ayunar. Ni debemos generalizar pensando que el cristiano, puede hacer todo lo que le exige la educación religiosa, sinordenar su vida cumpliendo los preceptos y observando las prescripciones que le parecen recursos educacionales. Las palabras del profeta Isaías, rechazan terminantemente tales actitudes. No dice: No ayunéis. Sino que indica cual es la aflicción del alma y el ayuno verdadero, el ayudo que Dios escogió.

 

Continuará...

Diác. Jesús Guerrero