La Segunda Venida de Cristo

Núm. 250 - Sábado 05 de Noviembre del 2011 - Año No. 6



DESDE el Antiguo Testamento, o sea antes de Cristo, el Señor Dios reveló a sus siervos y a su pueblo acerca de la Segunda Venida de Cristo. Leamos Génesis 3:15“Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”.

 

La simiente de Satanás es todo aquél que hace su voluntad. “Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. Él, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. Juan 8:44.

 

La simiente de Cristo es la Iglesia de Dios. “A Abraham fueron hechas las promesas, y á su simiente. No dice: Y á las simientes, como de muchos; sino como de uno: Y á tu simiente, la cual es Cristo... Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo, hecho de mujer, hecho súbdito á la ley”. Gálatas 3:16; 4:4.

Encontramos otra profecía respecto a la Segunda Venida del Señor en el libro de Deuteronomio 18:18; “Profeta les suscitaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare”.

También profetizó el profeta Daniel: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la justicia”.


Hay muchos más escritos que hablan acerca de la Segunda Venida del Señor Jesús. Es por ello que algunos escritores señalan los acontecimientos que habrían de venir. Jesús se hace presente cuando comenzaba a ser de treinta años y fue bautizado por Juan el Bautista “Y aconteció que, como todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fué bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y fué hecha una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido”.

Es allí donde inicia su Ministerio predicando el reino de Dios. “Mas después que Juan fué encarcelado, Jesús vino á Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, y diciendo: El tiempo es cumplido, y el reino de Dios está cerca: arrepentíos, y creed al evangelio”. Marcos 1:14-15. Este fue su mensaje principal.

 

Su Ministerio duró tres años y medio fundando casi al final su Iglesia. “Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”. Mateo 16:18. Así quedaba establecida la Iglesia de Dios, la cual contaría con su presencia en todo tiempo y en todo lugar como Él mismo lo afirma: “Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Mateo 28:20.

Pero también dejó un mensaje que hasta hoy no se ha cumplido como es el de su Segunda Venida: “Y salido Jesús, íbase del templo; y se llegaron sus discípulos, para mostrarle los edificios del templo. Y respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? de cierto os digo, que no será dejada aquí piedra sobre piedra, que no sea destruída. Y sentándose él en el monte de las Olivas, se llegaron á él los discípulos aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo?” Mateo 24:1-3.

 

Hoy han pasado más de 2000 años de que Jesús dijo estas palabras; profetizando que habría guerras, hambres, terremotos, falsos Cristos, falsos profetas, problemas políticos, conflictos sociales, crisis económicas; como un recordatorio para la Iglesia de que Él Viene. Pero como Él dijo: “Empero del día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo”. Mateo 24:36.

Hoy nosotros tenemos una gran bendición: La de saber o conocer todas estas cosas, pero también se puede decir que corremos un gran peligro al saber que su Segunda Venida está muy cerca y no estar preparados, perderemos nuestra salvación.

 

Por eso hermanos míos, hoy tenemos un gran compromiso con el Señor, recuerde que el que perseverare hasta el fin éste será salvo y ojalá que todos podamos repetir aquellas hermosas palabras de nuestro hermano Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo á mí, sino también á todos los que aman su venida”. 2ª a Timoteo 4:7-8.

Hermanos que Dios los bendiga y los guarde. Amén.

 

 Ministro Abraham Hernández