EL VESTUARIO FEMENINO

Segunda Parte


Núm. 253 - Sábado 26 de Noviembre del 2011 - Año No. 6


“Sino con buenas obras como corresponde a mujeres que profesan piedad”

II. QUE EL VESTUARIO FEMENINO MANIFIESTE VIRTUDES

 

Nuestro verso dice así: “Sino con buenas obras como corresponde a mujeres que profesan piedad”; esto es, que la fe de una mujer puede ser conocido por su ropa, o que su ropa sería como una ventana del cielo, donde los demás vean rasgos celestiales. Tu puedes hacer de tu ropero un efectivo anuncio de virtudes Cristianas. Hay una clase de vestido que corresponde a las Cristianas. Considera este texto: “Como el agua refleja la cara, así el corazón del hombre refleja al hombre” (Pro. 27:19); esto es, que el rostro del hombre por lo general revela el estado de su corazón, y la ropa vas más allá, ya que puede revelar el rostro y el alma, haz buen uso de esa cualidad y muéstrate como una mujer piadosa. La vestimenta puede ser una manifestación de la sobriedad o moderación por las cosas materiales que hay en el corazón, y al mismo tiempo tu interés por las cosas espirituales, si es que ha gustado la benignidad del Señor. Que cada día gastes menos en buenas ropas, y más en buenas obras.

Miremos de nuevo el texto: “Que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras como corresponde a mujeres que profesan piedad”; la riqueza en el vestir mundano, convierte en pobre las buenas obras. Mujer que ama o envidia el buen vestir, es que valora poco la piedad. Una cosa va con la otra. Tristemente sería una negación de lo que dice creer. Considera tu poder: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, de modo que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mat.5:16).

El verso también dice: “Como corresponde a mujeres que profesan piedad”; esta es la regla que debe regir la manera de vestir en las hermanas. La modista de la mujer Creyente no son los grandes diseñadores de la moda, ni tu amiga que cose, sino la piedad. Entiende, que antes de comprar tu ropa o de usarla debes llamar a la piedad y sólo a ella consultarle sobre tu apariencia. Ella te diría como, cuando y donde vestir. Si consultas alguna persona sobre tu vestuario, asegúrate que teme a Dios y su opinión, no sea según la corriente del mundo, sino como agradar el esposo de tu alma: Cristo Jesús. El es tu marido, y a El debes agradar. Entonces es preferible que aun si eres una mujer joven, que parezcas una vieja que teme a Dios y no una jovencita mundana. Decimos esto, porque pudiera ser que al escoger ropa modesta te sientas como si fuera una vieja. La amargura de tal frustración carnal se vence, únicamente, con amor a Cristo y Su gloria.

 

Hermana: Solemnemente te digo: Vestir conforme al mundo no te será difícil, sino fácil y agradable, en cambio vestir conforme a la piedad, o poner a Dios en primer lugar requiere negarte a ti mismo y a los deseos mundanos, sino ejercitas tu amor a Dios no te será posible. El orgullo y ser alguien notable obstaculizarían tu propósito de hacer buenas obras. Tu experiencia con tus amigos y familiares te han revelado que muchos tienen el deseo del Cielo y la gloria eterna, pero fácilmente son apartados de ese buen propósito; las ambiciones con sus apetitos carnales lo esclavizan. Quisieran hacer buenas obras, pero los deseos del mundo los apartan fácilmente del amor a Cristo. Ten presente que manifestar buenas obras con tu vestuario supone diligencia y esfuerzo.

 

Resumen: Que la mujer no sea ostentosa al adornar su cuerpo con su vestido; por el contrario, que si procura ser atractiva, dicha atracción no esté fundada sólo en su apariencia física, sino en sus cualidades piadosas: “Como corresponde a mujeres que profesan piedad”. Es propio que si profesa ser enfermera, así vista; si es Cristiana, vestir como Cristiana. Hay un vestir como mujer, y otro superior, no como del mundo,

sino como una santa y buena mujer. Vimos también, que no es posible amar al Señor Jesús separado de Su Palabra revelada en la Biblia. Además se nos dice que el acto de fe cristiana denominado dar gloria a Dios se compone de dos partes: una interna, y otra externa. La interna es una santa motivación o amor a Cristo, y lo otro es, una conducta regulada por la Palabra revelada