Nuestro Hablar


Núm. 180 - 26 de Junio del 2010 - Año: 4


“Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.” Mateo 12:37. 

 

La comunicación a través del lenguaje juega un papel muy importante en la vida del cristiano, ya que en todo momento esta siendo observado y analizado, cada una de sus palabras se convierten de inmediato en una poderosa arma de destrucción o en un invaluable instrumento para salvación.

La conversación del hombre que ha decidido ser siervo de Dios, debe resaltar por su galanura y perfección, por su honestidad y prudencia.

“Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana”Santiago 1:26

En las muchas palabras no falta pecado: Mas el que refrena sus labios es prudente” Proverbios 10:19

El oído entonces se convierte en el aliado perfecto de la lengua una persona que escucha con atención sabrá como responder adecuadamente y reconocerá presto los momentos en que es preferible guardar silencio.

 Las conversaciones modernas están llenas de neologismos y palabras dichas con “doblé sentido”,  el “albur”,  los apodos y las palabras altisonantes dominan el vocabulario mexicano “Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca. No mintáis los unos á los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos” Colosenses 3:8,9.

 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados: Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó á sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio á Dios en olor suave. Pero fornicación y toda inmundicia, ó avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene á santos;  Ni palabras torpes, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen; sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, ó inmundo, ó avaro, que es servidor de ídolos, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.  Nadie os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.” Efesios 5:1-6

 

El hombre que sirve a Dios debe evitar verse envuelto en este tipo de conversaciones y participar de esta forma de vocabulario, como podría una persona maldiciente llevar el evangelio a sus compañeros de trabajo lo mas seguro es que no lograría convencerlos ya que su comportamiento no corresponde a lo que predica, el ejemplo es la mejor forma de ganar almas como obrero que no tiene de que avergonzarse.

Debemos pues cuidar nuestro hablar en todo momento evitar por completo los chismes y calumnias o cualquier tipo de difamación o engaño Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán grande bosque enciende!” Santiago 3:5.

 

Otra cosa muy importante que debemos cuidar es cuando empeñamos nuestra palabra “Mejor es que no prometas, que no que prometas y no pagues. No sueltes tu boca para hacer pecar á tu carne; ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se aire á causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos” Eclesiastés 5:5,6

La gente en el mundo ha devaluado la palabra a tal grado que si no hay un contrato escrito firmado y con testigos lo apalabrado no tiene ninguna importancia en los tiempos antiguos bastaba tan solo la palabra de un hombre para que fuera cumplida por muchas generaciones pero la maldad sea multiplicado de tal modo que aun entre personas con lazos consanguíneos es necesario todo este amparado con la firma notariada y aun así hay muchos casos en que la palabra no se cumple, pero los hijos de Dios debemos comprender que el valor de nuestra palabra empeñada es demasiado importante y cumplir siempre una promesa tratar siempre que nuestro hablar sea si, si o no, no,  y por ningún motivo jurar ni por el cielo, ni por la tierra.

“¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría.”Santiago 3:13

 

“Teniendo vuestra conversación honesta entre los Gentiles; para que, en lo que ellos murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen á Dios en el día de la visitación, estimándoos por las buenas obras.” 1 Pedro 2:12.

 

Hoy en día el hijo de Dios debe distinguirse del resto de los hombres no confundirse, entre ellos las buenas costumbres la iglesia de Dios debe prevalecer aun en los tiempos modernos, cuidemos de nuestro hablar  recordando siempre que somos embajadores del nombre de Cristo  como si Dios rogase por medio nuestro.(2-Cor. 5:21)

 

“Los labios de los sabios esparcen sabiduría: mas no así el corazón de los necios” Proverbios 15:7


 

Hna. Mariella Castillo

Altamira, Tamaulipas