El Verdadero Amor


Núm. 186 — 07 de Agosto del 2010 — Año: 4


"Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”  (1 Juan 4:7-8).

Jesucristo fundó la fe cristiana en los principios del amor—amando a Dios y al prójimo como a sí mismo.  Este es el fundamento del cristianismo verdadero. Juan, uno de los apóstoles y más cercanos amigos de Jesucristo, escribió casi al final de su vida las siguientes palabras: “Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él” (1 Juan 4:16). Por lo tanto, no solo debemos amar a Dios, sino también permanecer en su amor. Pero, ¿qué es el amor?

 

 


 Si bueno,  le pregunta esto a diez personas diferentes, obtendrá diez definiciones distintas del amor. Siendo uno de los conceptos más populares, es a la vez uno de los más difíciles de explicar. Muchos lo describen como un sentimiento o como algo que hacemos por los demás, otros lo equiparan a alguna forma de atracción sexual, pero ¿qué es? Es necesario ser consistentes en cuanto a su definición, porque el ser un verdadero seguidor de Jesucristo depende del hecho de que amemos a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si no sabemos lo que es el amor, ¿cómo podemos ser cristianos? ¿Qué es el amor a Dios?

La Biblia tiene una definición de lo que es el amor a Dios, y si la aplicamos a nuestra relación con él, estaremos en camino hacia convertirnos en verdaderos cristianos. En 1 Juan 5:3 leemos: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos”.  La Biblia define el amor a Dios como algo que se hace—guardar su ley, obedecer a Dios.

 

 

Los Diez Mandamientos definen lo que es el amor

 El amor es el tema central de toda la Biblia. En el Antiguo Testamento encontramos la instrucción que Jesucristo citó en el Nuevo Testamento con respecto al amor: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18; Mateo 19:19). Moisés también dijo en Deuteronomio 10:12-13: “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad”.

Cada mandamiento de Dios es para nuestro bienestar. El amor simplemente resume la intención de los Diez Mandamientos. El apóstol Pablo escribió: “Porque: No adulterarás,  no matarás,  no hurtarás,  no dirás falso testimonio,  no codiciarás, y cualquier otro mandamiento,  en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”  (Romanos 13:9).

 

El amor de Dios para la humanidad

 Desde el principio, la intención que Dios  ha tenido con la humanidad ha sido solo para el bien y para vida. Jesucristo dijo: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquél que cree en El, no se pierda, sino que tenga vida eterna”   (Juan 3:16).

 

Dios desea que tengamos vida eterna, esto es, que vivamos para siempre con él dentro de su familia divina.  Pero antes debemos aprender a vivir los unos con los otros, y a amarnos a la manera de Dios. Es por esto que el amor es tan importante para Dios.  Dios desea enseñarnos cómo llevarnos bien con nuestros semejantes y también con él. La forma en que aprendamos a hacerlo está en el corazón de los Diez Mandamientos. Los primeros cuatro mandamientos nos enseñan cómo amar a Dios y los últimos seis mandamientos nos enseñan cómo amar a nuestro prójimo. Es en la práctica de los Diez Mandamientos a través de nuestra vida donde aprendemos a amar.

 

Dios no dará la vida eterna a seres carnales, celosos, infieles, hostiles, envidiosos, mentirosos, engañadores y ladrones. No dejará que personas así, con ese tipo de carácter, vivan para siempre. Es aquí, en esta vida, donde tenemos que aprender a amar y  permitir ser transformados por el Espíritu del amor de Dios. Debemos de aprender el verdadero significado del amor para poder obtener la vida eterna. El apóstol Juan lo dice así: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte. Todo el que aborrece a su hermano es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él.” (1 Juan 3:14-15).

 

Así que llegamos nuevamente a la pregunta: ¿Qué es el amor? El apóstol Juan responde: “Y éste es el amor: que andemos conforme a sus mandamientos.” (2 Juan 1:6).

Amemos pues a Dios obedeciéndole y guardando sus mandamientos.