AMARAS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO


Núm. 176 - 29 de Mayo del 2010   -   Año: 4    


Muchas veces hablamos del respeto, nos molesta la crítica y esperamos las buenas palabras o un aliciente, pero ¿sabemos realmente que significa respeto, sabemos realmente como no herir a nuestro prójimo? Las relaciones humanas son la base de la sociedad, las buenas palabras y acciones son la forma de mostrar que me importa convivir con otros. La soledad es el destino de los muertos. La persona viva necesita compañía, pero debemos buscar compañeros sinceros, fieles y honrados

 

Amar a tu prójimo significa amarlo de corazón, con palabras y con hechos, y apartar toda mala idea sobre él. El Creador es el ideal supremo del mundo y creó al hombre a Su Imagen, o sea con la posibilidad de imitarle. Al igual que El es Piadoso, debes tu ser piadoso. Del mismo modo que El mantiene al menesteroso y viste al desnudo, así debes tu hacer. Las personas más desdichadas son el huérfano, la viuda y el extranjero, pues su alma está abatida, y tenemos un deber especial en la Iglesia de Dios de expresarles nuestro interés y amor.

 

“Lo que para ti es odiado, no le hagas a tu prójimo”; en otras palabras toda la Ley está contenida en el mandamiento de “amarás a tu prójimo como a ti mismo” pero para poder cumplir con este precepto, debes aprender de la Ley de Dios...

 

El Mandamiento "Amarás a tu prójimo, como a ti mismo" (Levítico 19-18) es un precepto fundamental de la Ley que debe gobernar nuestras vidas. Aquél que lo cumple es considerado como si cumpliera toda la Ley. Amar al prójimo es no causarle perjuicios, directa o indirectamente, no ofenderlo ni hablar mal de él.

 

Siendo que la persona fue creada a Imagen Divina, no se le debe menospreciar por ser mal parecida o torpe. Ofender y avergonzar a otro es una gran falta, ya que el ofendido se torna rojo de vergüenza y luego pálido como un muerto. Nuestros sabios explicaron que es como si se matara a la persona.

 

Así también aprendemos que no debemos mostrar alegría ante la caída de nuestro compañero, ni regocijarnos cuando está abatido por algún percance que le ocurrió, “Aquel que se vanagloria de la deshonra de su prójimo no tiene parte en el mundo venidero”.

 

Debes saber que cuando tu compañero prospera, es Dios quien le hace prosperar, por lo cual no lo envidies, sino alégrate de su éxito y no dejes de amarlo, así como Aarón se alegró cuando Dios eligió a Moisés, su hermano menor, para sacar al pueblo de Israel de Egipto.

 

Tenemos el deber de sostener, fortalecer, consolar, mantener y cubrir las necesidades de nuestro prójimo.

 

Si conseguiste tener amigos sinceros según tu deseo, ámalos como a ti mismo.

 

Pero recuerda: ¿Quién es un héroe? Aquel que sabe transformar a su enemigo en amigo.

 

 

 

Diciembre 2008

  Por Abiel Hernández Florez

Expuesto en la Reunión Regional Juvenil