Núm. 211 — Sábado 26 de Enero del 2011 — Año: 5


Creemos que Jesús existió desde antes de la fundación del mundo; que fue el Verbo Divino, que llegado el cumplimiento del tiempo se hizo carne y habitó entre los hombres. Compruebe este punto leyendo: Juan 1:1,2; Juan 8:56-58; Juan 17:5; Génesis 1:26; 3:22; 11:7; Colosenses 1:16-18; 1ª Corintios 10:4-9.

“Y el antes de todas las cosas, y por el todas las cosas subsisten” Colosenses 1:17

 

¿Qué tan seguro esta usted de la existencia del Hijo de Dios antes de hacerse carne?

 

Estamos al que en este punto esencia, el cual es como el tronco de un árbol, sin el cual el árbol mismo no puede existir, pero no se ven, porque se encuentren el dominio de lo infinito, de lo inalcanzable, de lo espiritual, lo cual el hombre natural o terreno, no puedo comprender. A ello se refiere el Apóstol Pablo cuando decía:

Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente. 1ª Corintios 2:14

Un ejemplo del hombre terreno, del hombre animal, se puede ver en Nicodemo que, aunque era el príncipe de lo judíos, no alcanzo a comprender las palabras de Jesús; no las entiendo espiritualmente, y Jesús le llamo la atención diciéndole:

Si os he dicho cosas terrenas, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Juan 3:12.

 

Hoy en nuestro tiempo, hay muchas personas que razonan como Nicodemo; quieren materializar lo divino, lo espiritual, y terminan diciendo como esta escrito: DIJO el necio en su corazón: No hay Dios. Corrompiéronse, hicieron obras abominables; No hay quien haga bien. Salmo 14:1. Y así niegan la existencia de Dios, ¿Cómo no habrían de negar que Jesús haya existido desde lo infinito de los tiempos?

 

Los que niegan la existencia de Jesús, no podrán jamás comprender el plan de Dios para contrarrestar el pecado, o si aceptan el pecado existe, no hay ningún remedio para deshacer este aguijón maligno de Satanás y por consecuencia, están perdidos.

 

El Apóstol Pablo también dijo: Porque ninguna cosas podemos contra la verdad, sino por la verdad. 2ª Corintios 13:8.

Y esta verdad es que Jesús fue enviado del cielo por el Padre Celestial, como se puede afirmar con la palabra de Dios: Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo. Juan 3:13. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Juan 6:33.

 

Pero, ¿con que fin lo envió Dios? Para dar vida al mundo, como ya hemos leído; fue enviado de Dios: Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo. 1ª Juan 4:14.

 

Solo con estas cuantas citas entendemos el maravilloso plan de Dios, sus designios fueron proveer un medio para agotar los pecados en que el hombre había caído.

Ahora razone la expresión “enviado de Dios” si el Señor Jesús fue enviado de Dios, entonces ¿De donde vino? Nadie, ni con la as avanzada filosofía, puede negar que viniera del cielo, de Dios mismo. Allí estaba mucho tiempo antes de tomar forma humana. Esto no es una filosofía; es una verdad real, confirmada por el testimonio de del Señor.

 

El Señor Jesús cuando estuvo orando con el padre expreso esto: Ahora pues, Padre, glorifícame tú cerca de ti mismo con aquella gloria que tuve cerca de ti antes que el mundo fuese. Juan 17:5.